La raya habita en mares fríos y templados, en concreto en el Atlántico oriental y en el mar Mediterráneo, que es donde más abunda. Se encuentra a profundidades de unos 100 metros, aunque en verano hay ocasiones en que se pueden ver rayas a profundidades de 2 ó 3 metros porque les gusta recibir el calor de los rayos del sol.
Características
• Forma: Su cuerpo es plano y las aletas pectorales triangulares, muy desarrolladas y unidas a la cabeza. Es un pez cartilaginoso, que no posee esqueleto óseo.
• Talla mínima: No se contempla una talla mínima.
• Color: Es de color gris claro con numerosas manchas tanto claras como oscuras. Su vientre es de color crema claro.
• Longitud y peso: Su longitud oscila entre los 80 y 90 cm, y su peso medio es de 17 kilos.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
La raya es un pescado blanco con un contenido graso muy bajo: 100 gramos de porción comestible aportan menos de 1 gramo de grasa. No contiene cantidades elevadas de proteínas, pero son de alto valor biológico ya que incluyen todos los aminoácidos esenciales.
La raya también aporta vitaminas y minerales. Entre las vitaminas, se encuentran las que pertenecen al grupo B como la B2, B3, B6 y B12. Todas ellas están presentes en cantidades poco significativas, a excepción de la B3 y la B12.
En cuanto a los minerales, potasio, fósforo y magnesio son los que están presentes en mayor cantidad. Sin embargo, si se compara su contenido con el de otros pescados, se observa que la raya posee cantidades medias de estos minerales. Cabe destacar el elevado contenido de sodio que presenta (160 miligramos por 100 gramos).
SUGERENCIAS PARA LOS PEQUEÑOS
Es posible que la raya no sea un pescado del agrado de los pequeños. Su consumo no es habitual, por lo que cocinarlo y comerlo puede ser novedoso para toda la familia, y hay que saber que presenta una textura algo gelatinosa, lo que para muchas personas no resulta agradable. Tiene la ventaja de carecer de espinas.